Dedos doloridos, proyectos imposibles, sensaciones agridulces, altura, risas, gritos de rabia, monte y ganas de pasarlo en grande. Parece que por fin, después de dos meses, ya se intuye la caliza de Vadiello o el patatal de Riglos y el estar horas y horas aislados de este -cada día más- loco mundo. La verdad que este año empiezo con otras sensaciones la temporada (de 10 meses jujuuuu) y es que, me estoy mal-acostumbrando a estar bien cuidado en casita... y me da hasta pereza salir a roca. Todo cambiará cuando me vea estrenando piso en la capital oscense y mi cabeza solo piense en cadenas y vuelos. Como (auto)homenaje y aprovechando las "vacaciones" entre exámenes y el comienzo "real" del curso, pongo rumbo a London cuatro días para empezar con muchas ganas este nuevo curso en Huesqueta. See youuuuuuuuuuuuuuuu!!
¡A fichar proyectos!
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