viernes, 31 de octubre de 2014

Despegando

"Señoras y señores pasajeros, dentro de unos momentos pondremos rumbo a los Alpes Suizos. Asegúrense que el respaldo de su asiento está en posición vertical, el cinturón abrochado y su mesa sujeta. El comandante y toda la tripulación les desean un vuelo agradable y confían en verles disfrutar de este largo viaje"

Parafraseando el habitual y casi ceremonioso discurso de las azafatas de avión, me permito anunciar que mi estancia en Suiza empieza a tomar un bonito color. Ni más ni menos, el pasado 24 de ocubre -casualidades de la vida, mi cumpleaños- me ofrecieron la posibilidad de alojarme en una de las tantas residencias de estudiantes de Lausanne...¡Vaya regalito de cumpleaños! Obviamente, sin pensármelo dos veces dije que sí y desde entonces se ven las cosas de otro color. Alguna que otra cerveza para celebrar, buena música y, sobretodo, un sentimiento de tranquilidad empezaron a inundar mi cuerpo desde mi 22 cumpleaños. Previo a esto, y ya que la temática del blog es la montaña, me dediqué a pre-celebrar mi aniversario con un trifásico de visitas a las montañas suizas. ¡Caña a la montaña!



La cosa empezó con una visita didáctica al impresionante valle de Arolla. Digo didáctica porque fue una salida de clase para elegir un futuro proyecto, y digo impresionante porque cualquiera de los picos que podíamos ver era más alto que nuestro Aneto...dicho sea de paso que este valle era la linde de los Alpes, y ya estábamos con cimas de 3.800m .Telita. La verdad que fue un día muy completo pateando un poco de monte, empezando a conocer a los compañeros de clase y, sobretodo, maravillándome, embobándome y FLIPANDO con el valle que tenía frente a mí.





Para continuar con la buena vida, la siguiente parada es una de las paredes más míticas de Suiza y casi diría que de Europa. No es otro que St Loup, patio de recreo de los hermanos Nicole. Creo que con decir esto último ya tenemos una buena carta de presentación. 

Muro de la mítica "Bain de Saing" (9a)


Media horita de tren desde Lausanne más 20 minutillos de pateo y Pierre, Céline y yo nos plantamos frente al bosque que esconde este muro de 700 metros de largo...hay vías para aburrir. Eso sí, traeros los gatos bien afilados que en estas placas los pies son pocos e ínfimos. Escalamos hasta que nos dejó el tendón, pudimos practicar idiomas varios y, como siempre, reímos y disfrutamos en el monte. Idioma universal esto último. Como digo, es una escalada peculiar poco habitual por las calizas de Huesca y que a más de uno que yo me sé -mmm ¿un poco de placa Richi?- no le haría disfrutar mucho. Pero ese tener que apretar al máximo para no caerte, confiando en ¿nada?, tiene su punto y engancha, ¡os lo digo yo!



Para acabar, visita dominguera al Valais, más cocretamente a la escuela/cantera de Drapel. Aunque el muro era bien bonito -un caótico mar de bloques repleto de fisuras- no fue mi mejor día. La cabeza en Lausanne, preocupada por la falta de piso, no estaba para escalar. Aún así pude disfrutar de algunos auténticos viotes de esta pequeña escuela, como por ejemplo uno de los mejores y más completos 6b que he hecho nunca...fisura, cantos y un offwith para acabar los casi 40 metros de vía. Acojonante.


2 comentarios:

  1. Ey! PeiMaiser como va todo? Estoy esperando más crónicas desde SUIZA, nos tienes que vender bien el país si quieres que vayamos a pretar por esas tierras.

    Salud.

    Andy Kamerlander.

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  2. Poca historia que contar hay Adam...a ver si ahora que me mudo a mi piso DEFINITIVO empieza la buena marcha. Pronto nos veremos BeerMaster y nos daremos un buen atracón de roca navideño.

    Salutt.

    PD: Aún te quedan nombres en la chistera? Increíble repertorio kio!

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