Situación: Lunes por la noche, llegando revennnnntat del roco y con los antebrazos como Popeye, me llama Laura:
- Mañana se va Álvaro a Riglos, ¿te apuntas?
- Mmmmm ¿Pero a hacer qué?
- Él largos...nosotros, deportiva
- ¿Deportiva?¿Riglos?...Bueno, vale
Y allí que fuimos, primera vez que iba a Riglos con todo el aparetaje y era a hacer deportiva, cosa curiosa. Con el maletero lleno y el coche a tope nos vamos para Riglos. Llegamos allí a eso de las 12, y viendo la orientación de "Los Volaos" (entre el Cuchillo y la Visera, sin reseña por internete) decidimos ir al bordillo del Puro, que está un poco más resguardado del sol y pudimos encontrar la reseña. Así que Álvaro y David "el Largo" se ponen camino de su vía (una canalera sucia a la izquierda de la visera) y Laura, Miguel y yo nos vamos para el bordillo. Llegamos al muro en cuestión y nos metemos en una escaletera justo a la izquierda de la norte al Puro. Buena vía con un par de pasitos de salir de la barriga bastante majos, halla por el 6a.
Después, Miguel y yo (inconscientes de nosotros) nos metimos directamente en el techo de justo al lado del sextete. No sabíamos si salía 7a o 7b, porque no supimos distinguirla en la reseña...pero aprieeeta que cinco pasos. Total que ahí estaba la vía: firme, sin cantearse y observando el Fire mientras dos monetes con arnés intentaban subirla.
En fín, que como buenos maños, nos emperramos con la vía y hasta última hora no la soltamos...por desgracia ninguno la podemos tachar; ni el tocayo Pablete, que venía a entrenar con la trave del bordillo y que acabó con el arnés puesto y sudando con los cinco pasitos...
Laura en la salida de la panza
Después, Miguel y yo (inconscientes de nosotros) nos metimos directamente en el techo de justo al lado del sextete. No sabíamos si salía 7a o 7b, porque no supimos distinguirla en la reseña...pero aprieeeta que cinco pasos. Total que ahí estaba la vía: firme, sin cantearse y observando el Fire mientras dos monetes con arnés intentaban subirla.
Bonitas vistas del Fire desde el reposo
En fín, que como buenos maños, nos emperramos con la vía y hasta última hora no la soltamos...por desgracia ninguno la podemos tachar; ni el tocayo Pablete, que venía a entrenar con la trave del bordillo y que acabó con el arnés puesto y sudando con los cinco pasitos...
Pablete en el dinámico
Para acabar, Laurita se llevo el premio de la encadenadora del día después de hacerse con el primer largo de la chimenea que sube al Puro. Bueno, en definitiva, una (como siempre) buena visita por el reino de los Mallos donde, aunque no sea desde arriba, disfrutamos de estos dedos de gigantes en todo su esplendor.
Riglos lleno de color
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